11-M Día Europeo en Memoria de las Víctimas del Terrorismo.
El 11 de marzo, en el Día Europeo en Memoria de las Víctimas del Terrorismo, rendimos homenaje a aquellos que han sufrido las consecuencias de la barbarie terrorista. Este es un día de reflexión y de unidad, donde recordamos con respeto a todas las víctimas que, a lo largo de los años, han perdido la vida, han quedado marcadas por el dolor o han sido afectadas por los actos más crueles que se pueden imaginar.
El terrorismo ha azotado con fiereza a nuestras sociedades, llevando a familias enteras a vivir la tragedia de perder a sus seres queridos de manera brutal e inesperada. Desde los atentados perpetrados por grupos terroristas como ETA hasta los ataques islamistas y yihadistas que han sembrado el miedo en nuestras calles, todos ellos son responsables de un sufrimiento indescriptible. Es imprescindible que como sociedad, no olvidemos a estas personas ni el dolor que han soportado.
La memoria de las víctimas no solo es un acto de justicia, sino también de responsabilidad hacia las futuras generaciones. La historia del terrorismo en Europa no debe ser borrada ni minimizada. Recordar a las víctimas es honrar su sacrificio y asegurar que sus vidas no fueron en vano. Cada nombre, cada historia, cada vida perdida, representa un grito de justicia que no debe ser ignorado.
No se trata solo de recordar, sino de garantizar que los responsables de estos crímenes sean perseguidos y juzgados con todo el peso de la ley. El olvido nunca debe ser una opción. La lucha contra el terrorismo no es solo un compromiso con las víctimas del pasado, sino también una obligación con todos aquellos que hoy y mañana seguirán defendiendo nuestros valores de libertad, democracia y convivencia pacífica.
El futuro de Europa debe construirse sobre los principios de respeto mutuo y rechazo absoluto a la violencia. No podemos permitir que el terrorismo, en ninguna de sus formas, ponga en peligro la estabilidad y los derechos de los ciudadanos. La unidad de las instituciones, la cooperación internacional y el compromiso con la educación en valores son claves para garantizar un futuro libre de odio y violencia.
Hoy, más que nunca, debemos reafirmar nuestro compromiso con la paz y la convivencia. Honrar a las víctimas del terrorismo no solo es un acto de recuerdo, sino también un firme compromiso de continuar trabajando para erradicar cualquier forma de terrorismo que ponga en riesgo la libertad y la seguridad de los pueblos europeos. Recordemos a las víctimas, pero sobre todo, aprendamos de ellas para seguir construyendo una Europa más fuerte, más unida y más segura.